Han pasado ya tres años desde aquel 13 de mayo de 2019 en el que se produjeron las detenciones de la Operación Arca. Aquella madrugada, dos anarquistas fueron detenidas y trasladadas a la sede de la Brigada de Información de la Policía Nacional y posteriormente a la Audiencia Nacional, tras practicarse registros en sus casas y en el Espacio Anarquista La Emboscada. Se les atribuía una serie de sabotajes (de distintas intensidades, desde daños cajeros, incendios de vehículos de seguridad privada, pintadas, destrozos en inmobiliarias, etc.) y se les investigaba por un posible delito de terrorismo.
Después de pasar a disposición judicial ambas salieron en libertad, pero la investigación seguía abierta: la policía tenía que analizar el contenido de sus móviles, ordenadores, libros, libretas, cuadernos y otros objetos incautados.
Tras revisar toda la documentación, hace poco, la policía y el Juzgado Central de Instrucción que llevaban a cabo la investigación la dieron por concluida. Una vez analizados todos los indicios, el juez instructor decidió sobreseer (archivar) la causa, al no existir pruebas que vincularan a las dos investigadas con los hechos.
Al conocerse la noticia, la web Quemando Arcas (gestionada por un grupo de personas que apoyaban a las investigadas) hizo pública la nueva. “La Operación Arca es una operación policial antiterrorista con un claro objetivo, reprimir nuevamente el anarquismo en Madrid”, explica un comunicado en esta web. “Esta vez se centró en dos compañeras que fueron detenidas y puestas en libertad a la espera de juicio con medidas cautelares, acusadas de la realización de diferentes acciones contra bancos, inmobiliarias, empresas de seguridad, fuerzas de estado, etc.
Hace un tiempo hemos sabido que después de tres largos años de incertidumbre el caso se ha archivado. Como en otras operaciones antiterroristas contra el anarquismo en el estado español, se ha generado un relato policial difícil de sostener a nivel judicial pero cuyo objetivo es reprimir y desmovilizar.
Pensamos que todo forma parte de la estrategia de infundir el miedo a aquellas personas que no se callan, ni agachan la cabeza, a aquellas que responden con rabia a su violencia.
Estos tres años han estado llenos de muchas y diferentes emociones y acciones. Con diversos sentires para las personas que han vivido el proceso en primera persona y aquellas que lo han estado acompañando. Sin embargo, si algo lo ha caracterizado es que hemos llegado hasta hoy y podemos decir que no tenemos miedo, que la lucha continúa, que aquello en lo que creemos y la amistad que nos une nos llevará sin remedio a la anarquía”.
Estamos muy satisfechas con la decisión judicial, que es acertada, proporcional, respetuosa de la presunción de inocencia y, en consecuencia, ajustada a Derecho.