Activista argelino Benhalima Mohamed Azzouz en riesgo de torturas si el Ministerio de Interior accede a su deportación

Benhalima Mohamed Azzouz, un destacado activista perseguido por el Gobierno argelino por sus revelaciones sobre la corrupción en el ejercito argelino y protegido por Amnistía Internacional , fue detenido en la noche del 13 al 14 de marzo en Zaragoza. La Policía Nacional le ha abierto un expediente preferente de expulsión, acusándole de «Participar en actividades contrarias a la seguridad nacional o que pueden perjudicar las relaciones de España con otros países”, una infracción muy grave de la Ley de Extranjería. Sin embargo, a pesar de la gravedad de las acusaciones la policía no es capaz de detallar ni un solo hecho concreto que justifique tales actividades peligrosas. Por supuesto, el Ministerio de Interior tampoco ha presentado ninguna denuncia en sede penal contra él, porque lo que quiere es precisamente cerrar este expediente y ejecutar la expulsión lo más rápido posible, sin que los Juzgados puedan fiscalizarle. El juzgado de Zaragoza acordó al día siguiente de su arresto el internamiento de Benhalima en el CIE de Zapadores, Valencia, alegando que había riesgo de huída de Benhalima antes de que finalizara este expediente de expulsión.

Nos encontramos ante un procedimiento urgente de expulsión abierto porque el Ministerio del Interior quiere asegurarse de que Benhalima es deportado cuanto antes a Argelia, en un juego político entre ambos gobiernos en el que Argelia ostenta ahora la posición de fuerza por la necesidad que tiene Europa de su gas natural dada la guerra en Ucrania. Una vez deportado a Argelia hay un riesgo real de que Benhalima sufra tortura en sus cárceles, pues ya las ha denunciado su compañero Mohamed Abdellah, también denunciante de corrupción. Abdellah fue expulsado de España por la policía bajo la misma acusación hace menos de un año, haciéndolo con nocturnidad y alevosía pues cerró el expediente de expulsión y ejecutó la propia expulsión en la misma noche, impidiendo así que los juzgados españoles pudieran siquiera tomar medidas provisionales para paralizar esta expulsión.

Benhalima es además solicitante de asilo en España y el Ministerio aún no ha resuelto oficialmente su primera solicitud de asilo, por lo que según la ley no puede ser expulsado de España. También ha pedido por segunda vez asilo en el CIE de Zapadores por miedo a estas torturas, y aunque el ACNUR ha emitido un informe favorable a conceder el asilo (LINK) el Ministerio del Interior también se lo ha denegado, estando ahora pendientes del re-exámen de la solicitud, aunque mucho nos tememos que será confirmado el rechazo al concesión de asilo.

Nuestra Ley de derecho de asilo, siguiendo Convención de Ginebra de 1951, dice que será protegida toda persona «debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género u orientación sexual» en su país de origen. Protección que en este caso España no está brindando pese a las numerosas informaciones internacionales que señalan que Argelia está criminalizando a cientos de activistas y opositores políticos condenándolos bajo acusaciones falsas de radicalización islámica o de colaboración con organizaciones yihadistas.

Por si fuera poco, los funcionarios del CIE le han requisado ilegalmente el teléfono móvil a Benhalima por lo que no podrá avisar a nadie en caso de que la policía decida ejecutar urgentemente la expulsión.

Aunque legalmente el Sr. Benhalima no podría ser expulsado hasta que le haya denegado la solicitud de asilo, existe un riesgo cierto de que el Ministerio del Interior se coordine para denegar el asilo a la vez que cierra el expediente de la Ley de Extranjería con acuerdo de expulsión, de forma que pueda deportar a Benhalima en cuestión de horas. Por supuesto, en cuanto tengamos la más mínima noticia al respecto interpondremos los correspondientes recursos judiciales ante los Tribunales pidiendo que se revoquen ambas decisiones y que se suspenda provisionalmente la expulsión hasta que se resuelvan los recursos. Pero hay que recordar que en el caso de su compañero Mohamed Abdellah notificaron a su abogada el cierre del expediente de expulsión a las 9 de la noche por fax y de madrugada ya había sido deportado a Argelia.

Hemos pedido igualmente al Comité contra la Tortura de Naciones Unidas que prohíba a España expulsar a Benhalima pero nos ha señalado que nuestra solicitud es prematura, que hemos de agotar los recursos judiciales nacionales. Decisión que no compartimos puesto que ya hemos visto que su compañero Mohammed Abdellah fue expulsado antes de que los Tribunales pudieran siquiera intervenir.

Numerosas ONGs, activistas y personas comprometidas con los derechos de los refugiados han manifestado su voluntad de que Benhalima no sea deportado hasta que no se garantice su seguridad y que no sufrirá malos tratos ni torturas en Argelia.

Más información en https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2022/03/18/mohamed-benhalima-vuelvo-argelia-espera-64002217.html

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