El pasado 7 de septiembre, como ocurre al inicio de cada curso judicial, el Fiscal General del Estado (Álvaro García Ortiz) hizo pública la Memoria que recoge la actividad de la Fiscalía correspondiente al año pasado. La Memoria anual, de 1.464 páginas, contiene datos estadísticos muy interesantes, pero también incluye menciones alarmantes. Por ejemplo, dentro del apartado reservado al terrorismo, menciona al ecologismo radical.
Tras hacer una relación de distintas acciones protagonizadas por activistas y/o científicos, como arrojar agua tintada con remolacha a instituciones, cortes de carreteras, pegarse al marco de un cuadro de gran valor artístico e histórico o pintadas, la Fiscalía señala que «los colectivos ecologistas, al igual que está ocurriendo a nivel internacional, han incrementado notablemente su actividad, tanto cuantitativa como cualitativamente«, pasando «de las habituales acciones reivindicativas de ‘desobediencia civil no violenta’ a realizar acciones de mayor calado que al contrario de las anteriores ya no tienen tanta aceptación y beneplácito en el conjunto de la ciudadanía«. Y menciona explícitamente a algunos colectivos, como Extinction Rebellion y Futuro Vegetal, como los protagonistas de estas reivindicaciones.
Nuestro compañero Daniel Amelang ha publicado, en el día de hoy, un artículo en el medio digital Público titulado «El peligro de equiparar a los movimientos sociales con el terrorismo». Puede leerse haciendo click aquí
OPINIÓN | "Se está allanando el camino para una futura persecución policial y judicial", por Daniel Amelang https://t.co/3Rb17rEyJb
— Público (@publico_es) September 13, 2023