El próximo miércoles, 16 de junio, a las 18:30, acompañaremos a las organizaciones IRIDIA, Novact, Stop Bales de Goma y Ojocontuojo, en la presentación del Informe “Stop Balas de Goma”, que tendrá lugar en la Sala Ecooo (calle de la Escuadra 11, Madrid <m>Lavapiés). El acto se podrá ver en directo en este enlace.
ACTO | Informe #StopBalasGoma de @centre_IRIDIA y @novact__
➕Presentación de la Asociación estatal Stop Balas de Goma, que agrupa a víctimas para construir apoyo mutuo y trabajar por la prohibición.
📌16 de junio | 18.30 | Madrid
⚠️ Aforo completo🎥 https://t.co/tYWgdZe6P6 pic.twitter.com/LQrmbyHRxs
— IRIDIA (@centre_IRIDIA) June 14, 2021
Ya en 2013, la asociación Stop Balas de Goma, integrada por víctimas de estos proyectiles, publicó un demoledor informe en el que se denunciaba la “extrema peligrosidad” y la “potencial letalidad” de los proyectiles de goma empleadas por las fuerzas de seguridad del Estado, y fundamentalmente por los antidisturbios, en concentraciones o manifestaciones. Por entonces, computando desde 1990, en España habían muerto dos personas y 22 habían perdido un ojo por el impacto de estos proyectiles. Lamentablemente, las balas de goma no sólo no se han dejado de emplear, sino que desde que se solicitó su inmediata abolición hasta ahora, el número de personas muertas y lesionadas se ha incrementado considerablemente.
En febrero de 2014 quince personas se ahogaban en la playa del Tarajal (Ceuta) mientras la Guardia Civil les disparaba con balas de goma, y ese mismo año, en Madrid, una persona perdía un testículo y otra un ojo por las cargas policiales contra las marchas de la dignidad. Roger Español perdió un ojo el 1 de octubre de 2017 por disparos de la Policía Nacional. Y por disparos de este cuerpo, o de los Mossos d’Esquadra (que en lugar de goma emplean el igualmente peligroso foam) en 2019, hubo 53 personas heridas, de las cuales cuatro perdieron un ojo, en las movilizaciones en protesta por la sentencia del Procés.
Dado que las balas de goma, como las de foam, son potencialmente letales (y han matado) y dado que pueden causar (y han causado) daños inmensos e irreparables a las personas contra las que se emplean o que, sencillamente, pasan por ahí, es necesario que, en el marco de la necesaria revisión del modelo policial, se prohiba radicalmente su empleo.